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Un buen amigo me decía que el error en Millonarios, por estos días, es no dejar terminar los procesos deportivos pactados. Pasó con Lillo, Lunari e Israel, y aspiro que con Diego Cocca sea diferente. Culpable: Gustavo Serpa, del cual sigo esperando se largue con sus palos de golf y fiestas a otro lado.
En esta ocasión no quiero hacer referencia a los resultados obtenidos por el equipo en estas dos jornadas ante Envigado y Cortuluá, y que matemáticamente lo dejan vivo de cara a una virtual clasificación a los playoffs de fin de año, imperativo de alta responsabilidad.
Más bien, queda en el curso que el hincha tiene una mejor impresión del equipo con el argentino al mando, pues se ve un grupo con una información táctica mucho más completa, que ante todo tiene una idea de juego ofensiva que es del paladar del hincha.
Basta con ver los movimientos de jugadores que en la era de Rubén Israel estaban perdidos, como Rafael Robayo, Pedro Franco o Henry Rojas, para darse cuenta que el trabajo de Cocca, más que efectivo, da para pensar positivo en el futuro.
Dejaré de precedente, desde hoy, y no a modos de sacar el paraguas, que si Millonarios no logra el pase a las instancias finales de una Liga que se place ganable, no será culpa del argentino. Apenas inicia su proceso, y si bien ya deja otro sabor, a él no se le puede cargar toda la responsabilidad.
Cristian Duvan Heredia
Redacción HSBnoticias.com
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